COMPRENSIÓN DE LAS RAZONES TRIGONOMÉTRICAS(CONCLUCIONES)
La experiencia de las autores y los resultados sobre los niveles de comprensión de los
participantes, sugieren que la formación de los docentes de matemáticas en el área de
Trigonometría, podría no estar satisfaciendo los requerimientos mínimos para enseñar
ciertos temas de forma no mecánica (ausencia de explicaciones y justificaciones).
Las proponentes de este trabajo, como egresadas de la carrera de Enseñanza de la
Matemática de la UCR, se unen a las observaciones de los participantes, en tanto al estudio
de los temas trigonométricos como contenidos de relleno de otros cursos como: Principios de
Matemáticas, Cálculo o Análisis. Pero las deficiencias en la comprensión de ciertos temas
trigonométricos no radican tan solo en la ausencia de un curso propio de éstos en la
formación del docente. Es indispensable hacer partícipe al estudiante, en primer lugar, de un
modelo de enseñanza que evidencie las aplicaciones de los contenidos en la resolución de
problemas, vinculados con otros de distintas áreas. Esto con el fin, en segundo lugar, de
justificar la necesidad de construir o fomentar el desarrollo de una comprensión instrumental, relacional y formal; para finalmente, poner en práctica estrategias cuyo objetivo sea dicha
construcción.
En este punto de la reflexión, nos preguntamos en qué medida la disociación existente
en la estructuración de la carrera, en donde se presenta la formación matemática por un lado
y la formación pedagógica y didáctica por otro, es una posible causa de la formación
fragmentaria que finalmente reflejamos los estudiantes egresados de ésta.
Gran parte de las prácticas docentes diarias en el aula de Matemáticas en este país (y
nos podríamos interrogar, con la seguridad de no formular una pregunta trivial, sobre los
fenómenos al respecto a nivel internacional), parecieran ser testimonio de la repercusión de
la escasa comprensión que los profesores tienen sobre algunos temas. Ya que
transitivamente, las propuestas metodológicas empleadas para enseñarlos, tienden a limitar
a los estudiantes a realizar tareas que demanden de ellos únicamente memorización y
aplicación sistemática de contenidos.
Un panorama invariante y poco prometedor se esperaría entonces de la enseñanza de
esos contenidos, nublados para el docente, si no se disponen de medidas regeneradoras
que interrumpan el círculo vicioso que describe: la formación pública obligatoria, el paso por
la universitaria para ese alumno que optó por la enseñanza de las matemáticas y su
desempeño como formador de futuros ciudadanos que será circunscrito (entre otros factores)
a su nivel de comprensión.
El compromiso con la formación de los futuros ciudadanos, en nuestro caso
valiéndonos de las matemáticas, demanda indudablemente, una capacidad analizadora de
las prácticas educativas que la formación universitaria debería de fomentar. Sin embargo, es
la experiencia reflexiva en el aula, la que permite tomar conciencia de las necesidades y
fortalezas que cada profesor tiene, y el compromiso personal, el motor para asumir una
actitud de formación permanente.
Fuente: http://www.redalyc.org/html/447/44770207/